El Guernica de Agustín Ibarrola, una reinterpretación de la obra maestra de Picasso de dos metros de alto y diez de largo, ya está expuesto en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Un galerista desempolvó los lienzos del escultor vasco y los expuso en ARCO. Ahora, esta versión del Guernica sí se exhibirá en Euskadi, como reclama parte de la sociedad vasca con la obra original.

Y es que José de la Mano encontró la primera pista, casi por casualidad, en una fotografía de ocho centímetros. Encontró entonces lo que parecía un Guernica apoyado mientras trabajaba en una exposición sobre Ibarrola. En mitad de su tarea de documentación, hallaron una obra maestra.

Tras resolver el misterio, él y su equipo cogieron el coche a las 6:00 de la mañana y a las 10:00 ya estaban en Gernika. "La primera impresión fue absolutamente espectacular", reconoce. Era una obra compuesta por 10 paneles y pintada en 1977, coincidiendo con el 40 aniversario de la obra original.

Picasso creó su Guernica en mitad de la Guerra Civil. Lo pintó en París y no llegó a España hasta 1981, procedente del Museo de Arte Moderno de Nueva York, tras una serie de conversaciones que comenzaron tras la muerte de Franco.

Entonces un movimiento de intelectuales vascos reclamaba el Guernica para Gernika, e Ibarrola fue uno de sus precursores. Ahora, este otro Guernica vuelve a casa. El Museo de Bellas Artes de Bilbao lo adquirió en la última edición de ARCO. Familia, galeristas y entidades vascas tenían una intención bien clara: que no acabe en una colección particular.

No querían, dicen, que fuera el botín de guerra de un coleccionista, porque "flaco favor" le habrían hecho a Ibarrola si lo hubiesen dejado caer en las fauces del mercado tras cuatro décadas en la sombra.