'Senderos de gloria' de Stanley Kubrick fue el último largometraje prohibido que llegó a España tras la muerte del caudillo.

"Gran parte del cine contemporáneo no lo han podido ver los españoles hasta después del año 77", explica Fernando Lara, periodista y crítico de cine. Sólo después de la dictadura obras maestras como 'La dolce vita', 'El último tango en París' o 'El gran dictador' se pudieron ver en nuestros cines.

La moralidad franquista llevó a la censura, cuyas "obsesiones" eran "aspectos políticos, aspectos religiosos y aspectos morales", según Lara. Esta misma censura fue la que, sin prohibir, cortó escenas de 'Con faldas y a lo loco', pues aseguraban entonces que defendía la homosexualidad.

Lo mismo sucedía con muchos de los escotes que el séptimo arte de la época exhibía. Los censores los tapaban dibujando encima de ellos de manera artesanal.

Mostrar el ombligo, la pierna y fumar no eran una opción de promoción en la España de entonces, como sucediera con un cartel de Rita Hayworth y, si en Estados Unidos decían que Joan Crawford podía ser comunista, se borraba su nombre y se hacía un nuevo cartel.

Sin embargo, los dibujantes también se cansaron de tapar y se arriesgaron a 'colársela' a los censores. Es curioso que lograran que el hombre que obligó incluso a retocar sus fotografías con Hitler en Hendaya diera por válido un cartel con su cara sobre un fondo rojo comunista que quedó para el recuerdo en su propio documental.