Mucho se sabe de la vida de Amy Winehouse a partir de 2003, año en el que grabó 'Frank', su primer álbum, y también sobre sus problemas con el alcohol, las drogas, o su temprana muerte a los 27 años en 2011 por una intoxicación etílica. Otra cosa es su etapa anterior, aquella antes de ser famosa.

Ahora el Museo Judío de Ámsterdam quiere mostrar con la exposición 'Amy Winehouse: retrato de una familia', la verdadera cara de Amy y que la gente la conozca por toda su trayectoria y no sólo por un periodo de su vida en la que su imagen no era buena.

Amy era una niña proveniente de una familia judía que vivía en los suburbios de Southgate, al norte de Londres. Su padre cantaba temas de Frank Sinatra a todas horas y su influencia la llevó a escuchar y coleccionar discos de Aretha Franklin, Ray Charles o Ella Fitzgerald.

Las fotografías familiares enseñan los primeros años de su vida, así como algunos retratos de sus antepasados. En un vídeo inédito puede verse a Amy con 14 años delante de un coro y cantando con una voz que ya tenía algunas de las características que la hicieron famosa: fuerza, emotividad y un amplio rango vocal.

Esta misma niña creció y decidió sustituir su soso uniforme de escuela por vestidos coloridos, provocativos y muy cortos. Observar el armario de Amy Winehouse es como entrar en un túnel del tiempo y viajar a la Norteamérica de los años 50 y 60.

La idea de la exposición surgió cuando su hermano Alex Winehouse, meses después de la muerte de la cantante, acudió al Museo Judío de Londres para donar algunos de los objetos de su hermana. Esta misma muestra después pasó por Tel Aviv, Viena, y San Francisco. Ahora regresa a Europa y aterriza en Amsterdam, donde estará abierta al público hasta el 4 de septiembre.