Hollywood le ha dicho adiós al erotismo. Sagas de superhéroes, remakes de clásicos de Disney y biopics... la cartelera estadounidense ha olvidado una faceta clave en cualquier historia.

Un artículo del 'Washinton Post analiza el fenómeno'. ¿Qué ha pasado con el sexo?, ¿estamos ante una nueva oleada de puritanismo cinematográfico? Ganarse el título de 'más 18' se ha convertido en algo a evitar ya que cuánta más gente acuda a los cines.

Ahora se prefieren hacer películas para los conocidos como cuatro cuadrantes, esto es: mujeres y hombres de todas las edades posibles juntos en la misma sala.

Esto se incluye incluso en los biopics, donde el sexo se insinúa con desnudos cubiertos por sábanas, besos y poco más. Por fin se comienza a hablar de relaciones homosexuales, pero se desnaturaliza la intimidad de la pareja.

Películas como 'El último tango en París' tienen parte de culpa. Desde que eclosionó el movimiento MeToo este tipo de escenas se han visto con otros ojos. Y razón no les faltaba: muchas muestran violaciones, convierten a la mujer en un objeto sexual y en definitiva se hicieron bajo una mirada heteropatriarcal.

Pero se puede hacer bien. Las productoras cuentan ahora con los llamados "coordinadores de intimidad", que se encargan de que la puesta en escena respete las barreras físicas y psicológicas de las actrices.

Porque la sensualidad es necesaria. Dónde alcanzamos la catársis más fácilmente, y dónde la fotografía puede jugar tan libremente como los cuerpos sin ropa, quedándose escenas como esta para siempre en nuestra memoria.