Este jueves se estrena 'Érase una vez', la nueva película de Quentin Tarantino. Un film repleto de diálogos imposibles, ficción que no lo es tanto y mucha acción.
El director siempre ha dicho que solo haría diez películas, así que solo le queda una para retirarse, y con esta ha aprovechado para ponerse nostálgico. Esta, dicen, es su historia más reflexiva y comedida, un homenaje a un Hollywood que hace tiempo que dejó de existir.
Pero, ¿por qué hacer solo cine que habla del cine, cuando también puedes hablar de Charles Manson? El asesino en serie, la mente que reunió a la 'Familia Manson', sus seguidores, y que fue hallado culpable de conspiración por el asesinato de siete personas en una mansión de Hollywood en 1969.
Una de las asesinadas fue la actriz Sharon Tate, la habitante de otra mansión, entonces más conocida por su relación con Roman Polanski que por sus papeles. En la mente de Tarantino, Tate es Margot Robbie.
Realidad y ficción se funden dejando paso a una historia en la que nos habla de las dificultades de un actor y un doble de riesgo en un Hollywood que ya les empieza a olvidar. Mientras que por detrás, se va cociendo algo muchísimo más perturbador que siempre está al acecho y que acaba precipitándose al estilo Tarantino.
Se abre con algunos cambios
Notre Dame, la catedral renacida: los colores que los siglos habían borrado vuelven tras su reconstrucción
Lo más llamativo de esta nueva Notre Dame es su luminosidad y el regreso de un color que los siglos habían borrado. En el exterior, las gárgolas dañadas por las mangueras que querían detener las llamas ya han sido reparadas.