Ticketmaster, el mayor distribuidor del mundo ha anunciado que se acabó el papel y que a las entradas irán en el móvil a partir de ahora. Los coleccionistas lo van a tener complicado porque será más difícil encontrarlas, ya que sólo lo tendrán en papel aquellos que lo pidan como recuerdo y pagando los gastos de envío correspondientes.

Será a partir del 2019 y se usará una nueva tecnología con la que se podrá saber en todo momento quién es el dueño de la entrada y que permitirá la reventa si no se puede ir al concierto, aunque a la baja. "La gente podrá intercambiar entradas al mismo precio o más barato, pero nunca más caro que el precio original", así lo ha confirmado Eugeni Calsamiglia, el director general de Ticketmaster.

De hecho, Seatwave, el portal de reventa de Ticketmaster que tantas sospechas ha generado, cierra en octubre. Artistas como Sabina o Robe Iniesta protestaron contra estas plataformas e incluso la Fiscalía las investigó, ahora desde Ticketmaster reconocen que sacar la suya fue un error.

Si hace cinco años una entrada costaba 30 o 40 euros, ahora están cerca de los 60 euros, subiendo los precios un 32% en Barcelona y un 65% en Madrid. "No creo que el problema sea el del precio alto, al contrario, diría que el problema es que es demasiado bajo, porque se agotan en dos horas", asegura Calsamiglia.

Lo reconoce un estudio de la distribuidora, el comprador habitual tiene un poder adquisitivo medio-alto. Así aquella frase de John Lennon en el Royal Albert Hall de Londres ante la élite británica se impone ya en medio mundo, "no hace falta que aplaudan, basta con que hagan sonar sus joyas".