Se acabaron las mentiras en el Everest. Los alpinistas llegan a lo más alto de la montaña, se hacen la foto y su sherpa debe confirmar que han conquistado el techo del mundo. Son las dos pruebas que el Gobierno de Nepal pide para otorgar el certificado de ascenso.
Ya han pillado a más de un alpinista que truca las fotos o, incluso, soborna a su guía para que mienta y diga que han llegado a la cima. Por eso, a finales de abril se empezarán a controlar a los montañistas con un gps.
Así podrán saber a qué altura se encuentran en cada momento y hasta dónde han llegado. No vale quedarse a 100 metros de la cima y decir que has coronado el pico más alto del mundo.
Lo hacen ahora porque, con la llegada de la primavera, empieza la temporada de más afluencia a una montaña que en los últimos años se ha hecho tan popular que cada vez atrae a más alpinistas aficionados; algunos, poco honestos. Ahora tendrán que llegar con fuerzas al final para hacerse la foto porque cada paso que den estará controlado vía satélite.
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