El fuego puede con todo, incluso con la música. Hace once años, los estudios Universal de Hollywood ardían. Las llamas destrozaban la atracción de King Kong y por el camino también se llevaban el Edificio 6197, más conocido como la "bóveda de vídeo".

En ella se guardaban videocasettes, carteles de cine y lo más importante: una biblioteca de grabaciones maestras de la división musical de Universal. En aquel momento se silenció. Pero ahora el New York Times ha revelado el verdadero alcance de lo perdido. Una herencia musical de valor incalculable.

El fuego quemó los 'masters', los originales más fieles que se capturan al grabar una canción. Son las fuentes desde las que se hacen todas las demás versiones. Vinilos, CDs, mp3, streaming... Todo sale de los 'masters'.

Cerca de 80 años de historia de la música se perdieron para siempre. De Ella Fitzgerald a Buddy Holly, pasando por Chuck Berry. De Ray Charles a Joan Báez, pasando por Neil Diamond, Elton John, Aerosmith o Guns 'n' Roses.

Police, Eminem, 50 Cents, R.E.M., Nirvana... El desastre fue gigantesco. Las discográficas tienen fama de no cuidar los 'masters' como se debería. La mayoría de las grabaciones del siglo pasado y parte de este están en poder de solo tres discográficas. Y un tercio de ellas se ha perdido para siempre.