En plena Ribera del Duero, entre viñedos y campos de trigo, se alza un convento del siglo XIII, o lo que queda de él. Las ruinas góticas del Convento de Santa María de los Valles están en el pueblo burgalés de Torresandino. Los terrenos fueron abandonados hace casi 200 años y, desde entonces, el paso del tiempo y los continuos expolios lo han dejado irreconocible.

"Hay decenas de casas en los pueblos de alrededor hechas con piedras de aquí porque se vendía la piedra", explica Jesús Fernández Chico, socio de la Asociación 'Amigos de Torresandino', la cual lleva años intentando que se recupe el lugar. Con unas maquetas muestran cómo era el convento en su plenitud y cómo quedaría si se acondicionase. "Esta zona desapareció entre octubre de 2008 y febrero y marzo de 2009", detalla Fernández.

Los pocos muros que siguen en pie corren el peligro de derrumbarse, pero la asociación por si sola no puede hacer nada. Necesitan la ayuda del Ayuntamiento y de los dueños de las tierras donde se encuentra el convento. "Como familia lo que queremos es donarlo como un patrimonio que disfrute el pueblo", declara Andrés León, portavoz de los dueños del convento.

El Ayuntamiento asegura tener un documento firmado en el que la familia se ha comprometido a donar las tierras, pero para empezar a recuperar el convento, necesitan dinero. "A través de ayudas de Diputación, del Gobierno, de Europa, de donde sea, intentar consolidar, vallar y demás", señala su alcalde, Benjamín Escolar. Sería el primer paso para que el Convento de Santa María de los Valles recupere algo del esplendor que los siglos le han quitado.