El canario dice que no existe un acento correcto del castellano sino que "el dibujo de sus formas" ha mutado en cada rincón donde se habla para adaptarse "a la forma de ser, a las necesidades de comunicación, a su arte, a su gracia".

Expresiones que "dan forma a los distintos pueblos y les ponen un sello auténtico". Y es que, según Aarón no existe un mejor español, "es una cuestión de gustos".

"Habrá a quien le parezca gracioso el andaluz y seco el madrileño, ininteligible el colombiano y meloso el argentino", dice. Pero él los defiende todos porque "construimos un lenguaje vivo, porque vivas están las palabras".

"Si sopla el viento en nuestro idioma hay quien querrá protegerlo con un muro, y quien construirá velas para aprovechar ese viento y moverse en el precioso y apasionante mar de la comunicación entre humanos", sentencia el canario.