Un cielo que amenazaba lluvia no ha impedido que un gran dragón rojo pasease por Usera, el barrio madrileño que ha visto sus calles inundadas de abanicos, farolillos y tambores en un gran desfile que daba la bienvenida al Año Nuevo chino.

Más de 800 personas de todas las edades han participado en el desfile que por primera vez se ha trasladado a ese distrito de la capital, considerado como el 'Chinatown' de Madrid, ya que es la zona en la que viven más chinos y donde han establecido su propia comunidad.

El pasacalles, que ha partido a mediodía de la calle del Olvido, ha llenado el barrio de color, magia y música durante dos horas, ante la mirada de centenares de vecinos que se han echado a la calle para no perderse ni un detalle de esta celebración.

Banderas del país asiático, cánticos en chino y abanicos de arco iris celebraban la entrada del Año del Mono, el noveno de los doce animales del zodiaco chino. La comunidad china quiere que con este tipo de eventos, los españoles conozcan un poco más su cultura y tradiciones.

"Esto es una ventana para mostrar que también tenemos nuestras fiestas y no sólo estamos trabajando todos los días", ha explicado a Efe Hu, uno de los participantes en este desfile, que ha subrayado que los españoles piensan que los chinos son tímidos, pero a su juicio no es cierto, "es que las culturas son muy diferentes".

Una de las principales vías de este barrio madrileño, la calle Marcelo Usera, ha sido escenario de una danza de dragones de colores ante la mirada de curiosos, entre ellos muchos niños que observaban, atónitos y ataviados con caretas de monos, una tradición para muchos desconocida.

María, una vecina de Usera desde hace más de diez años, ha aplaudido el baile y ha señalado que este tipo de celebraciones son muy positivas para los ciudadanos, puesto que se produce un rico intercambio cultural. "Nos integramos más en su cultura", ha añadido.

Tras pasear la suerte por las calles de Usera, el pasacalles del dragón ha culminado en el mismo punto donde arrancó, en todo momento bajo la supervisión policial. Durante unas horas los madrileños que se han querido acercar a esta celebración han sentido que estaban en pleno corazón de China.

Y es que el barrio está lleno de comercios asiáticos, a los que estos días se ha unido la colocación de farolillos rojos en las calles, dando la sensación de haber viajado miles de kilómetros sin moverse de la capital. Pero la celebración del Año Nuevo chino en Madrid no se queda aquí.

El Ayuntamiento y la Embajada china -en colaboración con la Comunidad de Madrid- han programado para estos días más de 60 actividades, entre las que se incluye gastronomía, talleres, conciertos y cine.