El primero en saborear su minuto de gloria en televisión fue Bill, y era la vieja marioneta del británico John Logie Baird, el inventor del primer sistema de televisión.

Saltó a la fama el 26 de enero de 1926, cuando su dueño realizó la primera demostración pública de un sistema real de televisión. A partir de ahí, las grandes potencias se embarcaron en una carrera por llevar la tele a sus ciudadanos.

Los primeros en hacerlo fueron los nazis. Hitler, que estaba obsesionado con la tecnología, vio en la televisión una herramienta para controlar, educar y también entretener a los alemanes.

Se puso en marcha en 1935 y en su programación había espectáculos de danza, canción, deportes o consejos domésticos, todo ello enfocado a grabar la imagen del Führer en el corazón de cada alemán.

Los estadounidenses, que no le quitaban ojo a Hitler, también pusieron en marcha una cadena de televisión, pero tardaron un poquito más que los alemanes. La RCA que ahora conocemos como NBC, echó a andar el 7 de julio de 1936 y retransmitió su primer programa a través de la antena del Empire State a unos pocos televisores que había distribuidos en el propio edificio de la RCA.

El tercer gigante que no quiso quedarse atrás fue el Reino Unido. El 2 de noviembre, también de 1936, la BBC comenzó sus emisiones con un espectáculo musical.

En España, tuvimos que esperar un poquito más. Televisión Española nació 20 años después que sus compañeras de habla inglesa.

El 28 de octubre de 1956, desde un chalé del madrileño Paseo de La Habana, el entonces ministro de Información y Turismo Arias-Salgado inauguró las retransmisiones.

El primer día de la tele en España duró 3 horas y lo vieron muy pocos. Sólo había 600 televisores y todos en Madrid. Ahora, en el día Internacional de la Televisión, los hogares españoles cuentan con más de 100 millones de pantallas, porque además de la tele, los móviles y las tablets también cuentan pero esa es otra historia.