La alarma saltó el miércoles en el Monasterio del Escorial, cuando se descubrió el Cristo Crucificado de Tiziano caído. La obra, que se encontraba en la Sacristía, cayó cuando los anclajes que tenía en la parte superior se descolgaron por el deterioro del yeso del muro. Inmediatamente el lienzo se precipitó hacia delante, pero al seguir sujeto al muro por su parte inferior, la tela acabó doblándose, produciendo una raja de unos 90 centímetros.

No llegó a caerse al suelo, sino que quedó apoyado boca abajo sobre un mueble. No se había movido de aquí desde el año pasado, cuando volvió después de haber sido prestado al Museo Thyssen para una exposición. Según los expertos, es la obra más valiosa de la colección de cuadros de El Escorial.

La raja cruza el paisaje del fondo, que fue pintado por el taller del pintor, prque el óleo, encargado por Felipe II, fue pintado en los últimos años de vida de Tiziano, y él ya no se hacía cargo de toda la obra. Llama la atención que la cabeza de Cristo aparece ladeada hacia la derecha, cuando en la iconografía habitual está inclinada hacia el otro lado.

Ya se encuentra en el Palacio Real donde Patrimonio Nacional se encargará de su restauración.