Una pequeña nota en latín fue encontrada por un grupo de historiadores de la Universidad de York, Reino Unido, mientras investigaban diócesis sobre los negocios de los religiosos de la ciudad durante el siglo XIV.

William Melton, un arzobispo, había escrito la nota en el año 1318 para advertir a Juana de Leeds que regresase al convento: "Adviertan a Juana de Leeds, monja de San Clement de York, que debe regresar a su casa", a lo que el religioso añadía que la benedictina había caído en la imprudencia, olvidando su compromiso religioso.

La monja no había muerto sino que había abandonado el monasterio y comenzado una nueva vida en Beverly, según han asegurado los estudiosos, que ahora lamentan la imposibilidad de saber el final de la historia.

"Con la ayuda de muchos cómplices y malhechores, creó con malicia un maniquí a la semejanza de su cuerpo para engañar a los fieles devotos", añadía Melton en su escrito, asegurando además que "pervirtió su camino de forma arrogante", cambiándolo por el de "la lujuria carnal, lejos de la pobreza y la obediencia".

Además, el religioso apuntaba directamente a la huida: "Ella tuvo la desvergüenza de procurar su falso entierro en un espacio sagrado para los religiosos del lugar". Y añadía: "Ahora deambula fuera a pesar del peligro que supone para su alma y del escándalo que existe en toda la orden".

La historia, de la que han hecho eco los diarios británicos 'The Washington Post' y 'The Guardian' es en realidad una de las miles de historias que podrán descubrir los historiadores gracias a la digitalización de los registros del arzobispo de York entre 1314 y 1340.