Como en toda gran historia, en esta también hay un orgasmo. Este, fingido, que cumple treinta años, se disfrutó en Katz's, un restaurante de Nueva York famoso por sus bocadillos de pastrami. Pero después del rodaje de 'Cuando Harry encontró a Sally' su popularidad se hizo todavía más internacional.

Una realidad servida en plato frío que ni siquiera estaba en el guión. Se añadió después de que la guionista le descubriera esta verdad al director de la película. Un guión de autora, Nora Ephron, nominado al Óscar y al Bafta.

Y eso que la historia no es más que la típica chico-conoce-a-chica. Pero va mucho más allá. Está considerada como la última gran comedia romántica del siglo XX y plantea la gran pregunta de todos los siglos: ¿pueden un chico y una chica ser simplemente amigos?

Dos amigos de distinto sexo destinados a tomar caminos distintos al final de la película. O al menos eso es lo que había planeado el director, recientemente divorciado. Pero durante el rodaje conoció a la fotógrafa Michelle Singer, cambió su visión del amor y decidió modificar el final de la película, en el que el amor no triunfaba por uno en el que los protagonistas comieran perdices.