"Hemos hecho historia", afirma Love of Lesbian en sus redes sociales después de haber celebrado un concierto en el que hicieron disfrutar a 5.000 personas que no guardaron ningún tipo de distancia interpersonal.
Se trata de un experimento social pionero en Europa, autorizado por el PROCICAT (Protecció Civil de Catalunya) y vigilado por un equipo médico del Hospital Germans i Pujol. Antes del concierto, se realizó un test de antígenos a todos los asistentes, pruebas que arrojaron seis positivos a los que no se dejó entrar al recinto.
El resto de asistentes cantó, saltó, celebró un evento que ha supuesto, según el grupo, "una pequeña batalla dentro de la guerra". "Bienvenidos al que es uno de los conciertos más emocionantes de nuestra vida. Hacía un año y medio que no pisábamos un escenario", afirmó el solista Santi Balmés.
"El mundo nos mira", añadió, apelando a la responsabilidad de no quitarse la mascarilla. A todos los asistentes se les hizo entrega de una mascarilla FPP2 que debía sustituir a la traída de la calle. Con las pruebas, medidas sanitarias y debidos chequeos, el concierto empezó media hora tarde, algo que no hizo decrecer las ganar del público de, por una noche, vivir un concierto parecido a los que teníamos antes de la pandemia.
El espacio, desinfectado previamente por un robot con luz ultravioleta, contó con la ventilación requerida para luchar contra el mayor rival de la infección, los temidos aerosoles. Ahora, queda esperar a conocer los resultados de un concierto que, por lo pronto, ha causado división en redes sociales.
"Ojalá sea el principio del fin. Ya os echamos de menos", recoge la cuenta oficial del Palau Sant Jordi. Un primer paso cuando la cuarta ola amenaza y las vacunas siguen intentando acotar el espacio del virus en nuestro país.
El 13 de diciembre llega a los cines
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