Hay que tener las garras bien afiladas, casi como Freddie Krueger, el famoso villano de 'Pesadilla en Elm Street' para diseccionar, fotograma a fotograma, todas y cada una de las referencias al colectivo LGTBIQ+ en el cine de terror. Precisamente, nadie ha gritado tanto como el protagonista de 'Pesadilla en Elm Street 2', Jesse Walsh (interpretado por el actor Mark Patton). A esta la han bautizado como la película más "gay" del cine de terror.

"La película nació como una alegoría claramente homosexual. El guionista hizo una deliberada historia ambientada en espacios gays, rodada en locales de ambiente", ha explicado a laSexta Javier Parra, autor del libro 'Scream Queer', una obra que analiza todas esas representaciones de lo llamado 'queer' en el celuloide. Pero ¿cómo identificarlo?

"Nos lo encontramos en personajes codificados, chistes homófobos o la sexualización de la mujer LGTBIQ+, siempre hecho a ojos de los directores, que son hombres", ha denunciado Parra. El cine y la censura asociaron lo 'queer' a la perversión y la depravación de ciertos personajes o a la monstruosidad de otros.

Es el caso de películas como Frankenstein. "Dos hombres creando vida sin la necesidad de una mujer da un poco de subtexto para entender que se habla de una familia homoparental", ha señalado el autor de 'Scream Queer'. Hay cientos de ejemplos, algunos más velados, como es el caso de vampiros bisexuales y 'amanerados', y otros más explícitos.

"No soy más que un dulce travesti transexual de Transilvania", cantan, por ejemplo, en 'The Rocky Horror Picture Show', otra muestra más de la estética glam. Y de travestismo, como el de 'Psicosis'; también, criminales con disforia de género, como Buffalo Bill en 'El silencio de los Corderos'. "Por desgracia, lo que más ha predominado es el cliché negativo", ha apuntado Parra.

Pero no siempre es así. "Por suerte, nos encontramos con personajes LGTBIQ en las películas cuya orientación sexual no es relevante para las tramas", ha concluido Parra. Solo es cuestión de saber que en los matices está la diferencia.