Todo el mundo esperaba que Chris Rock hiciera alusión a la polémica sobre la falta de diversidad entre los nominados de la 88 edición de los Óscar, y el humorista afroamericano cumplió con las expectativas disparando con bala pero sin olvidarse de entretener. "¡Hey, he contado al menos 15 negros en esa montaje!", fue la frase con la que arrancó el cómico, un aperitivo del torrente dialéctico que lanzó durante las tres horas y media de gala.
"¡Bienvenidos a los premios de la Academia, también conocidos como los premios decididos por personas blancas", continuó el artista de. "Si escogieran también a los presentadores, tampoco tendría este trabajo. Estaríais viendo a Neil Patrick Harris", añadió. Rock reconoció que recibió presiones para boicotear la gala y renunciar a su designación como maestro de ceremonias.
Poco después, entró de lleno en materia. "Es la 88 edición de los Óscar. Esto de que no haya nominados negros entre los actores ha pasado al menos 71 veces más. En el pasado no protestábamos. ¿Sabéis por qué? Porque estábamos demasiado ocupados siendo violados y linchados como para preocuparnos de quién gana el premio a la mejor fotografía", indicó.
Y llegó entonces su gran perla. "Por supuesto que Hollywood es racista. Lo es dentro de su hermandad. Pero las cosas están cambiando. Tenemos un 'Rocky' negro este año. Algunos lo llaman 'Creed'. Yo lo llamo 'Rocky negro'", declaró.
Al final de su primera intervención, Rock cambió el gesto, se puso un momento serio y solicitó: "No se trata de boicotear. Queremos oportunidades. Queremos que los actores negros tengan las mismas oportunidades. Y no sólo una vez. DiCaprio tiene grandes papeles todos los años. Eso es todo lo que pedimos".