Algunos lo llaman intervención de emergencia, mientras que a otros les parece "una chapuza". El deterioro del monumento provocó que hace meses se desprendiera su esquina poniente, un hecho que motivó una restauración inmediata que garantizase la seguridad del Patrimonio y de las personas.

El castillo del siglo XVIII que da nombre a la barriada jerezana, tras 12 años de abandono, sigue cerrado al público. Desde el Ayuntamiento aseguran que se trata de unas medidas preventivas y provisionales hasta que se elabore el proyecto necesario para la rehabilitación del monumento.

Aunque los vecinos dudan de que lo que puede ser un parche temporal, se convierta en algo casi permanente. "Se trata de una burla a la historia", afirma una vecina. Temen que el final del castillo quede sepultado en chapa.