Carlos Saura Atarés (1932-2023) contaba historias como solo pueden hacerlo los que saben observar. Con la precisión de un cirujano, su filmografía es una disección perfecta la condición humana. Nos habló del rencor acumulado en El séptimo día (2004), inspirada en el crimen de Puerto Hurraco y por la que fue nominado a un Goya; de la sinrazón de la intolerancia a través del grupo de neonazis de Taxi (1996); de la pasión en Carmen (1983); de la codicia en El jardín de las delicias (1970), y sobre todo de las consecuencias nefastas de la educación represiva y machista de la dictadura.
Con La caza (1966) parecía decirle al mundo "he llegado para quedarme". Tras ella vinieron los reconocimientos gracias aLa prima angélica (1974) y Deprisa, deprisa (1981), ganadora del Festival de Berlín y una de las obras maestras del cine quinqui.
En total, cuenta con medio centenar de obras cinematográficas en su haber a lo largo de sus 60 años de carrera, entre largometrajes, cortos, documentales y musicales.
El cineasta aragonés compaginó el cine tradicional con el musical, ese que él decía que era paralelo a sus "otras películas", prodigios visuales en torno al flamenco, al fado o, entre otros géneros, al tango y con él una de las tres veces que fue nominado a Mejor Película Extranjera en los Oscar (Tango (1998)compitió por Argentina, mientras que Carmen y Mamá cumple 100 años (1979) lo hicieron por España).
Él reconocía que rara vez veía su cine una vez estrenado, que incluso había películas que jamás había vuelto a ver desde que las realizó.
Además del Goya por el de El séptimo día, obtuvo otros dos por la dirección y por el guion adaptado de ¡Ay, Carmela! (1990).
En lo privado, fue su relación con Geraldine Chaplin la más conocida, con la que tuvo descendencia y quien protagonizó varias de sus películas. Un matrimonio muy de cine, tanto que se conocieron en el Festival de Berlín justo cuando ella triunfaba del éxito de la que hoy se considera una de las grandes historias del cine, Doctor Zhivago (1965).
Pero como artista total, Saura nos dejó también su impronta en la literatura y el teatro: ya en una etapa posterior ha sido autor de novelas, guiones y libros de fotografía y ha dirigido óperas y obras de teatro, El gran teatro del mundo (2013), de Pedro Calderón de la Barca, o más recientemente La fiesta del chivo (2019-2021), la obra de Mario Vargas Llosa. Su broche de oro en el teatro fue con Lorca de Saura (2022), presentada hace solo unos meses, donde el infatigable directoraseguró que tenía "varios proyectos más".
Goya de Honor 2023
Justo laedición de 2023 de los Goya pretende rendir el homenaje merecido por este director tras 60 años de carrera cinematográfica. La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España decidió otorgar el Goya de Honor 2023 a Carlos Saura por su extensísima trayectoria que llegó hasta casi sus últimos días.
Su última película se estrenó en 2022, cuanto había contado ya nada menos que 90 velas en su último cumpleaños. Fue el documental Las Paredes hablan, con el que Saura imprimió su particular visión del origen del arte. Una película que va a sonar aún más especial en estos premios Goya, una edición que aspiraba, y ahora con más razón, a ser la noche de Saura.