Caras de susto, de sorpresa y de incredulidad hechas de arcilla han amanecido en la Puerta de Almodóvar de Córdoba, dejando con las mismas expresiones a los paseantes de la zona.

Las caras ya no están pegadas a la muralla, pero antes formaban parte de ella y, por eso, la Policía Local de Córdoba está buscando al autor de los relieves.

Tanto la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía como la Gerencia Municipal de Urbanismo creen que podría suponer un delito contra el patrimonio. Además, ya han evaluado los daños que esta obra improvisada le ha hecho a la Puerta.

La Puerta de Almodóvar fue restaurada hace muy poco: es un bien de Interés Cultural, se construyó en el siglo XIV y antiguamente era una de las entradas a la ciudad cordobesa.

Las autoridades reconocen que han recibido peticiones para dejar las caras pegadas a la muralla, pero no se puede: "Cualquier bien de interés cultural no puede soportar por ley ningún adhesivo, por bonito o atractivo que pueda ser", ha explicado el arqueólogo Alejandro Ibáñez.

También se han quitado para que no se produzca un "efecto llamada"; es decir, para evitar que otros autores urbanos se animen a añadir otros elementos a la Puerta de Almodóvar, ya que lleva 700 años manteniendo su imagen y quieren que siga haciéndolo.