La 80 ceremonia de los Globos de Oro no podía ser ajena a los escándalos raciales que hicieron que el pasado año, por primera vez, la gala no se televisara envuelta en la polémica. Su conductor, el cómico afroamericano Jerrod Carmichael, no ha evitado hacer numerosos comentarios a este hecho durante su aplaudida primera intervención.

Así, en su monólogo ha recordado la razón por la que en 2022 la cadena NBC decidió no retransmitir estos galardones, a los que la industria y los actores dieron la espalda: porque la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood -que entrega los premios- no tenía ningún miembro de raza negra hasta que George Floyd murió, bromeó.

"Estoy aquí porque soy negro", ha dicho, contundente, el cómico. "Un día te estás haciendo un poleo menta en casa y al siguiente te invitan a ser el rostro negro de una organización blanca envuelta en polémica", ha continuado.

El humorista ha explicado que cuando le llamaron para presentar esta ceremonia tuvo un "dilema moral racial", aunque finalmente aceptó.

El "glamour" de las alfombras rojas, los aplausos y el ambiente de celebración al cine se apagaron por completo en 2022, cuando la cadena NBC decidió no televisar la gala ante el rechazo de la industria cinematográfica estadounidense a la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA), organizadora de los galardones.

Todo ello después de años de denuncias sobre sus malas prácticas y de que saliera a la luz una investigación del diario Los Angeles Times que desprestigiaba al grupo encargado de votar los premios desde 1943, cuya estructura y funcionamiento fue degradándose hasta convertirse en una de las instituciones más criticadas de la industria audiovisual.

Tras la polémica, la HFPA ha llevado a cabo una campaña de lavado de imagen y de cambios internos, entre ellos el cambio de sus bases o la decisión de añadir a su junta 21 miembros nuevos (negros, asiáticos, mujeres y latinos) para garantizar la diversidad y equidad de su jurado.