En 1992 David Robinson esparció las cenizas de su pareja, fallecida por causa del Sida, frente a la casa Blanca: era una protesta ante la inacción del presidente Bush en la lucha contra la enfermedad.

El mismo año en España, el artista Pepe Espaliu, portador del virus, era llevado en brazos desde el Congreso de los Diputados hasta el Museo Reina Sofía. Ronald Regan, tardó seis años en hablar del Sida, una palabra que era mucho más que eso: muerte y desprecio hacia los que contraían la enfermedad, principalmente homosexuales y drogadictos.

Ante eso, el mundo del arte reaccionó. "Una de las primeras proclamas fue denunciar la inacción gubernamental", señala Aimar Arriola, comisario de la exposición 'Anarchivo Sida'.

El movimiento Act Up se funda en 1987 en Nueva York, y se extiende por todo el globo, llegando a España. Keith Haring pinta un año antes de su muerte un mural en Barcelona y escoge el barrio chino, una plaza llena de jeringuillas. "Alguien nos dijo que por qué queríamos ensuciar una pared de Barcelona", explica Ferrán Mascarell, concejal de Cultura de Barcelona en 1989. La respuesta la dio Haring en el título de la obra: todos juntos podemos parar el Sida, y para eso, es necesario visibilizarlo.