Si sustituyésemos una sola nota en la partitura de una canción de Mozart, ésta podría registrarse como si fuese nueva. Y eso es precisamente lo que han estado haciendo durante años algunos de los 18 detenidos por la Policía en la operación que ha destapado la llamada 'rueda de las televisiones'.

"Presuntamente se estarían lucrando personas ajenas a la Sociedad General de Autores y a las propias cadenas de televisión", explica el subdirector de programas de Actualidad de Atresmedia, Teo Lozano.

El supuesto fraude comienza cuando una o varias personas se apropian de temas que ya no tienen derechos aprovechando que la legislación española dice que toda canción cuyo autor haya muerto hace más de 70 años, está libre de esos derechos.

Entonces, estos individuos reelaboran mínimamente esas canciones y las emiten durante la madrugada en diversos programas de televisión. A pesar de no tener casi audiencia, cada minuto de música difundida en en este medio genera grandes beneficios por derechos de autor.

Entre los detenidos están el pianista Manuel Carrasco y Fernando Bermúdez. Tienen una empresa que lleva años registrando a su nombre decenas de obras clásicas por las que después cobran derechos de autor.

Sin embargo, no está claro todavía si la Audiencia Nacional lo va a considerar un delito porque según fuentes de la propia Audiencia Nacional, la mayoría de los detenidos quedarían en libertad.

La SGAE lleva años denunciando este supuesto fraude, pero es la propia ley de derechos de autor la que lo está permitiendo. En otros países de Europa es mucho más complicado registrar versiones de obras ya existentes.