Cada día, desde que comenzó la invasión en Ucrania, nuevas voces de la cultura en Rusia dicen claramente "No a la guerra". En este sentido, Evgeny Kissin, pianista ruso, afirma que "la guerra siempre trae tristeza, lágrimas, sangre y la muerte de miles de personas". Firme condena también la del director de orquesta Vasily Petrenko: "He decidido suspender mi trabajo en Rusia como director de la Orquesta Sinfónica Estatal hasta que se restablezca la paz", ha anunciado.

En la misma línea, el rapero ruso Oxxxymiron ha cancelado sus conciertos: "No puedo entretener al público cuando los misiles rusos caen sobre Ucrania". Y a él se suma la banda DDT con un "No a la guerra" en todas sus redes sociales.

Las artes escénicas también se rebelan. Los directores del teatro Bolshói de Moscú y el Alexandrinsky de San Petersburgo han firmado un manifiesto de repulsa junto a una veintena de conocidos actores, actrices y directores de escena: "No queremos una nueva guerra, no queremos que la gente muera", señalan en el texto.

Además, dos artistas rusos seleccionados para acudir a la próxima Bienal de Venecia ya han avisado de que no asistirán: "No hay lugar para el arte cuando los civiles mueren bajo el fuego de los misiles", han manifestado.

Por su parte, el museo Garage de Arte Contemporáneo de Moscú ha paralizado su actividad y ha exhibido su rechazo a la guerra: "Nos oponemos categóricamente a todas y cada una de las acciones que siembran división y crean aislamiento".

Asimismo, la directora del centro cultural Meyerhold abandonó su puesto hace unos días con un contundente mensaje a Putin: "Es imposible trabajar para un asesino y recibir un salario de él", ha expresado en un post Facebook.

De esta forma, gran parte de la cultura rusa se une contra los ataques. Precisamente, esta unión la escenificaron dos sopranos, una rusa y otra ucraniana, con un abrazo en la ópera de Nápoles hace unos días. Es el abrazo de la cultura rusa para mostrar y demostrar que están con el pueblo ucraniano.