Mucha expectación en la apertura al público de ARCO. La feria de arte contemporáneo de Madrid ha concentrado toda su atención en una pared. La explicación: "Han quitado a un catalán, no sé si era catalán o valenciano, y han puesto una obra de un artista alemán", destaca una visitante.

No, no son las fotografías del artista alemán Thomas Ruff las que han atraído a tanto curioso. "No me aporta nada lo que estoy viendo", añade.

La expectación es porque en esta pared estuvo hace sólo dos días la obra que más polémica ha levantado en la feria. La del artista madrileño Santiago Sierra. Su crítica a los presos políticos incluía los rostros pixelados de Oriol Junqueras y Jordi Sánchez. La dirección de Ifema pidió a la galerista Helga de Alvear que retirase la obra porque quitaría visibilidad a otras obras.

"En el siglo XXI con la libertad de expresión que hay y que se censure no me parece bien", afirma una mujer. "Yo creo que es un poco quitar la libertad de expresión y la obra de un artista. Creo que el arte va un poco independiente", añade otra visitante.

El público pensaba en una censura innecesaria y ha lamentado no poder ver la obra de Santiago Sierra. La opinión del vicesecretario de comunicación del Partido Popular a su paso por la polémica pared era distinta a la de los visitantes: "En España no hay censura, ni en la libertad de expresión ni en ningún otro tipo desde que hay democracia", asegura Pablo casado.

Con censura o sin censura, lo cierto es que mucha gente ha descubierto a dos artistas: Santiago Sierra y el alemán que suplió su lugar en la pared, Thomas Ruff.