Así vivió Alejandro Sanz el lanzamiento a nivel mundial de su nuevo tema que ya es número uno en todo el mundo: "Lo que quería expresar es cómo el ser humano persigue la felicidad como si comprando cosas pudiéramos compara esa felicidad".

Él la encuentra en el presente, junto a los suyos y reivindica que "nos miramos poco y nos abrazamos poco": "Abrazamos más a nuestros móviles que a nuestros seres queridos. Si tocara tanto a mis hijos estaría en otra pantalla".

De todas las pantallas elige la del sentido común: "Hace falta tener algo más de perspectiva y sentido común. No nos podemos volver locos y molestarnos por todo".

Porque muchas de las canciones de la historia "no se habrían escrito jamás si tuvieran que pasar la censura", por eso empatiza con la censura que sufren los humoristas: "Jamás metería a nadie en prisión por decir o hacer una broma. Los humoristas tienen un problema muy grande ahora porque todo lo que puedan decir puede sentar mal a todo el mundo".

El lunes salen a la venta las entradas de los cuatro grandes conciertos que dará el próximo año en nuestro país.