No es fácil contar la vida de alguien que escribía poemas desde los cuatro años. "Como tus poemas no eran nada infantiles, sino en un tono bastante dramático, nos preocupabas", le decía su madre en el documental 'El desencanto'.

Hijo del poeta falanguista Leopoldo Panero y de la escritora Felicidad Blanc, tuvo dos hermanos, también escritores, criados en un ambiente familiar de los que más que más que marcar, dejan marcas. "Todo lo que yo sé sobre la familia Panero es que es la sordidez más puñetera que he conocido en mi vida", afirmaba 'Michi' Panero en la cinta de Jaime Chávarri.

Su vida, difícil. Las drogas le llevaron a la cárcel dos veces. Sus trastornos de la personalidad le convirtieron en el más lúcido de los locos. "Estos días estaba la mesa al borde del motín, porque se han enterado de que la locura no existe, que todo el mundo sueña y piensan que les han destruído la vida por una tontería".

En ese psiquiátrico de las Palmas ha muerto solo. Porque hoy todos le lloramos, pero pocos le dieron su hombro para que él llorara. Ni siquiera sus hermanos. "Soy su hermano y aunque no vea vínculo de sangre al menos soy amigo suyo y al menos me podrían haber venido a ver, joder", pedía entristecido el poeta.

Fumador empedernido, bebedor de Coca-Cola. Leopoldo María Panero fue, por encima de todo, poeta.