Todo comenzó aquí, en este pueblecito pesquero de Girona: Calella de Parafrugel, donde Juanito, como le llamaba su madre, llego con su guitarra a inspirarse delante de su mar. Las musas le llegaron y escribió una letra que se ha convertido en un himno civil de todos los que han nacido en el Mediterráneo.

La canción dio título a un disco, producido por Juan Carlos Calderón, que fue el más vendido de la época .

Pero 'Mediterráneo' no se quedó ahí, siguió creciendo. La relación de Serrat con la Barcelona del jazz, el pianista Tete Montoliu y, sobre todo, su discípulo, Ricard Miralles, dio un nuevo aire a su música.

Un Mediterráneo que empezó a sonar con un ritmo más jazzístico y con diferentes arreglos y que consiguió la esencia más pura de lo que es hoy Mediterráneo.

Unos acordes pegadizos y una letra que generación tras generación pasa sin que nunca se olvide.

Una orquesta interpreta 'Mediterráneo' de Serrat por sorpresa en un parque. La gente se acerca atraída por la música hasta que ocurre algo.