El primer concierto multitudinario de Europa desde que comenzó la pandemia de coronavirus se ha celebrado en Barcelona. 5.000 personas se han concentrado en el Palau de Sant Jordi para disfrutar con la banda Love of Lesbian.
Los asistentes no han tenido que guardar la distancia de seguridad, aunque sí han tenido que llevar la mascarilla puesta en todo momento.
El evento ha contado con la autorización sanitaria del PROCICAT (Protecció Civil de Catalunya) y un equipo médico lo ha supervisado. Los asistentes han tenido que hacerse un test de antígenos y solo seis han dado positivo.
El objetivo es trasladar este modelo a otras ciudades de Europa y del mundo para demostrar que los eventos así son seguros.
"Bienvenidos al que es uno de los conciertos más emocionantes de nuestra vida. Hacía un año y medio que no pisábamos un escenario", ha comenzado a decir el solista Santi Balmes, que ha rogado responsabilidad al público para que no se quitase la mascarilla: "El mundo nos mira" y "este concierto es una pequeña batalla dentro de la guerra".
"Quiero dedicar este concierto, aunque parezca un tópico, a los sanitarios y al resto del personal esencial. Y que nunca más se nos ocurra hacer más recortes en salud, por favor", ha añadido reivindicativo.
La veterana banda barcelonesa ha arrancado la velada con un tema clásico de su repertorio: 'Nadie por las calles', canción que como 'Si salimos de ésta', 'Los males pasajeros' o 'Allí donde solíamos gritar' fueron escritas mucho antes de la COVID, pero cuyas letras ahora parecen tener aún más significado para los fans.
Sobre las 17:15 horas han podido entrar los primeros asistentes, que no han podido ni si quiera esperar a que saliera el grupo para bailar con la música de espera, pues los protagonistas no eran tanto los artistas sino la posibilidad misma de poder volver a bailar, cantar, abrazarse e incluso rozarse accidentalmente con el resto de la gente como pasaba en la vieja normalidad.
En la entrada, que se ha realizado de manera gradual y a través de cuatro puntos de acceso, se ha entregado al público una mascarilla FPP2 de la organización, que debía sustituir la traída de la calle, y también se ha hecho pasar a los asistentes por un punto de gel hidroalcóholico.
La mayoría de los 5.000 asistentes se han realizado entre las 8 y las 16 horas de este sábado un test de antígenos en las tres salas dispuestas para ello (Luz de Gas, Razzmatazz y la Sala Apolo), mientras que los más rezagados han podido hacerlo en el propio Sant Jordi hasta minutos antes de empezar.
Todo el control de entrada y de pruebas negativas se ha canalizado a través de una aplicación móvil, casi más importante esta vez que la propia entrada del concierto.
Todo ello ha repercutido en que el concierto empezara treinta minutos tarde, un margen aceptable, según la organización. Expertos del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona han tutelado todas las medidas sanitarias para la seguridad del evento, tal y como ocurrió en diciembre con otro concierto piloto de pequeño formato, 500 personas, en la sala Apolo.
En la iniciativa de 'Festivales para la Cultura Segura', de la que el concierto es la prueba de fuego, han participado todos los directores del Primavera Sound, Sonar, Cruïlla, Canet Rock, Vida o de la promotora The Project, y han contado con el acompañamiento de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona.
Dos de los organizadores, Jordi Herreruela y Ventura Barba, han explicado a Efe que para el público del Sant Jordi era "más seguro estar dentro que fuera paseando por la calle o en una terraza".
Las entradas para el concierto de Love of Lesbian se agotaron en ocho horas, lo que para los organizadores también da muestras de "las ganas y la ilusión" del público de volver a disfrutar de música en directo.
Love of Lesbian presentará el 16 de abril su último trabajo 'V.E.H.N. (Viaje Épico Hacia la Nada)' que si todo va bien esperan poder presentar con una gira ya anunciada por toda España este verano y otoño.