El año que Like a prayerse publicó, los datos oficiales en Estados Unidos arrojaban la terrorífica cifra de 35.000 infectados por VIH. En septiembre de 1990, el número de muertos por complicaciones relacionadas con el virus alcanzó las 23.500 víctimas en menos de dos años. El cerco del estigma social empezó a cerrarse en torno a los pacientes, tratados desde la opinión pública como apestados.

Tres años antes, Madonna había perdido a Martin Burgoyne, amigo y colaborador, a causa de la enfermedad. La muerte le encontró con tan solo 23 años, unos meses más tarde de ser diagnosticado. Pasó sus últimos días en el apartamento de la cantante, quien también se prestó a cubrir unos gastos médicos que el Estado se negaba a cubrir para los enfermos.

Un disco cargado de mensaje

35 años después de la publicación del disco, recordamos uno de los gestos más significativos que cualquier artista pudo tener con los infectados en una década de desinformación e intolerancia. En el interior del álbum, sus fans podían encontrar un folleto en el que se especificaban recomendaciones e información general sobre el sida, en un momento en el que la mayoría era sesgada o escaseaba: "Las personas con Sida merecen compasión y apoyo, no violencia e intolerancia".

Un mensaje que resultaba chocante para una sociedad estadounidense que empezaba a despertar de su era Reagan. El conservadurismo duro de la exestrella de Hollywood reconvertida a presidente, tuvo un impacto directo sobre las minorías del país y el colectivo homosexual. La guerra contra las drogas, se cobró con aislamiento y una presión asfixiante sobre las vidas de los más desfavorecidos. Pero también consiguió poner a la sociedad en contra de los infectados.

Gestos como el de la cantante ayudaban a poner en el foco las necesidad de un paradigma distinto que permitiese a las personas con VIH a tener vidas normales. Y que tuvieron su particular réplica en algunas de sus ediciones internacionales. En el caso de la mexicana se incluyó al dirección del Centro de Prevención del Sida de Ciudad de México.

El disco causó conmoción, no solo por el inserto sobre el sida, también por la temática que empezaba a atravesar sus canciones. El abuso sexual en la infancia y la juventud, o la idea de la pérdida de la inocencia vertebra Like a Prayer y pone al disco en el camino de una versión mucho más madura de la artista.