El resultado, a parte de miles de hectáreas contaminadas, son estos vídeos que el Lawrence Livermore National Laboratory ha ido recopilando en los últimos cinco años que ahora han decidido desclasificar, para poder conservar y recuperar todo este material.

210 explosiones en total. Como puestas de sol, inverosímiles y espeluznantes. El Doctor Strangelove lloraría de emoción.