Un vídeo de YouTube con miles de visualizaciones habla de una mujer que se sometió a una PCR y perdió líquido cerebral tras la prueba. Aunque se basa en un caso real, no sucedió como cuenta su autor, que afirma que "le perforaron prácticamente el cerebro hasta el punto de perder masa encefálica".

Según apunta 'Maldita Ciencia', el vídeo en cuestión se basa en el caso real de una mujer de unos 40 años en Iowa, Estados Unidos, publicado en el 'Journal of the American Medical Association' ('JAMA').

Sin embargo, no es verdad que -tal y como afirma el vídeo- "si el que hace la prueba se pasa un poco más de la cuenta o la persona es más sensible, la barrera que separa el cerebro se rompe, y a esta mujer se la rompieron".

De acuerdo con el 'JAMA', la paciente en cuestión se había hecho una prueba nasal del coronavirus antes de someterse a una operación de hernia y posteriormente desarrolló dolor de cabeza y vómitos, así como una secreción nasal. Esta fue identificada como líquido cefalorraquídeo, que se encuentra alrededor del cerebro y la columna vertebral.

No obstante, según apunta el artículo médico, la mujer presentaba un defecto previo en la base del cráneo. La paciente presentaba un encefalocele: un 'saco' formado por la salida del encéfalo y las membranas que lo recubren a través de una apertura en el cráneo.

En este sentido, el profesor de Rinología de la Universidad de East Anglia, Carl Philpott, analizó el caso en un artículo en 'The Conversation', en el que explica que la mujer tenía "un defecto preexistente en la base del cráneo (el hueso encima de la nariz) y un saco de tejido cerebral había sobresalido a la cavidad nasal".

Una condición "rara", según el especialista, con la que nacen una de cada 10.000 personas. "Es extremadamente improbable que un hisopo cause daño alguno en una persona que no tenga esta debilidad preexistente en la nariz", sentencia.

Los hisopos no perforan el cerebro

Además, el citado vídeo de YouTube aseguraba que las pruebas PCR "no son nada seguras". Sin embargo, 'Maldita Ciencia' desmiente que causen daño en la barrera hematoencefálica o creen una supuesta entrada directa al cerebro.

Entrevistado por dicho verificador, Jesús Pérez Gil, decano de la Facultad de Biología de la Universidad Complutense, apuntaba al respecto que "entre la cavidad nasal donde entra el hisopo y la cavidad donde se aloja el cerebro hay hueso bien duro" y que "haría falta un taladro" para romperlo.