La vacuna contra el coronavirus tendrá firma de mujer. En las tres investigaciones más avanzadas, las que ya se prueban en personas, ellas son las que lideran los equipos.
Chen Wei
En China, el proyecto de la farmacéutica CanSino, que ya tiene la patente, está encabezado por ella Chen Wei. Es epidemiologa, investigadora jefa y general del Ejército chino, se dio a conocer en la epidemia del Sars y en la crisis del Ébola.
"No es la primera vez que nuestro equipo lleva a cabo una tarea así. Hemos practicado durante décadas", asegura Chen Wei.
Es la máxima responsable de la lucha contra los virus en el gigante asiático. Cuando todo comenzó, viajó directamente a Wuhan, la zona cero de la pandemia.
Sarah Gilbert
Línea de trabajo que comparte Sarah Gilbert, que lidera la investigación en la Universidad de Oxford. "Todo el proceso de desarrollo de vacunas en el último siglo ha necesitado 20 años", afirma.
Ahora, admite que pelean arduamente por reducir los tiempos. "Estamos pensando en que tal vez podamos llegar en aproximadamente un año, lo que es una mejora enorme", añade.
Licenciada en biología, doctorada en química y profesora universitaria, lleva dos décadas desarrollando su trabajo en la vacunología.
Kizzmekia Corbett
También licenciada en biología, Kizzmekia Corbett, complementó su formación con la sociología. Es la líder de la investigación de la vacuna norteamericana en Moderna. "Todo los días aprendemos más y más", explica.
Comenzó su carrera científica estudiando las consecuencias del Dengue en niños en Sri Lanka, donde es difícil que los más vulnerables accedan una vacuna. Después centró sus investigaciones en virus del Sars. "Sobre el 80% (del virus del coronavirus) es similar genéticamente al Sars", asegura ella.
Las tres suenan como nombres fuertes para ser candidatas al Nobel.
Desencanto con X
Qué es Bluesky, la alternativa a X ajena al control de Musk que ha sumado dos millones de usuarios en una semana
Bluesky se presenta como una red social 'sana', una réplica del antiguio twitter, creada por un exfundaror. Y la promesa de una red social de código abierto, sin el control de una única compañía y descentralizada.