La variante del coronavirus llamada B.1.1.7. (comúnmente conocida como la variante británica) es más "transmisible", pero no incrementa la gravedad de la enfermedad, según señalan los hallazgos de dos nuevos estudios difundidos este lunes en la prestigiosa revista 'The Lancet'.

Ambas investigaciones, publicadas respectivamente en las revistas The Lancet Infectious Diseases y The Lancet Public Health, no hallaron evidencias de que las personas contagiadas con esta variante experimentaran peores síntomas o un mayor riesgo de desarrollar el coronavirus de forma prolongada frente a otros infectados con una cepa distinta del virus.

Sin embargo, la carga viral y el número "R" (reproductivo) fueron mayores en el caso de la citada variante, lo que refuerza la evidencia de que esta es más transmisible que la primera cepa detectada en Wughan (China) en diciembre de 2019.

Estudios realizados en uno de los peores momentos de la pandemia

En el artículo difundido en The Lancet Infectious Diseases participaron 19 pacientes ingresados en el hospital universitario University College London y el de North Middlesex University Hospital entre el 9 de noviembre y el 20 de diciembre de 2020, un momento crítico en el que la cepa original y la citada variante circulaba en Londres y el programa de vacunas apenas había empezado.

Entre 341 pacientes cuyos test de covid dieron positivo, los expertos identificaron, entre otros hallazgos, que el 58 % tenía la variante británica y un 42 % no. De aquellos que se infectaron con la B.1.1.7, el 36 % se puso gravemente enfermo o murió frente a un 38 % de los que se infectaron con alguna cepa diferente. Es decir, un porcentaje muy similar.

Eleni Nastouli, de la fundación hospitalaria University College London Hospitals, destaca que "una de las verdaderas fortalezas del estudio es que se llevó a cabo al mismo tiempo en que la B.1.1.7. emergía y se propagaba por Londres y el sur de Inglaterra".

Ahora bien, los autores también han admitido ciertas limitaciones en su estudio, como que no se tuviera en cuenta otros tratamientos recibidos por los pacientes o la posibilidad de que estos hubieran recibido asistencia respiratoria por motivos diferentes al COVID-19.

La alta transmisibilidad, confirmada

Por su parte, The Lancet Public Health difundió otro estudio que analizó datos de 36.920 usuarios británicos infectados para recabar información sobre la duración de la enfermedad, las tasas de reinfección y la transmisibilidad.

El análisis cubrió 13 semanas en un periodo en el que la proporción de esa variante creció de manera notable en Londres, sureste y este de Inglaterra. Y, según Claire Stevens, co-líder del estudio, se confirma "la mayor transmisibilidad (de la variante), pero también que la B.1.1.7. respondía a las medidas de confinamiento y no parecía que se escapara a la inmunidad ganada de la exposición al virus original".

El análisis no revela asociaciones estadísticamente significativas entre la proporción de esa variante entre regiones y el tipo de síntomas experimentados por los participantes. Además, vieron que la tasa de reinfección era baja, con solo un 0,7 % de personas que tras dar positivo en un test antes del 1 de octubre volvieron a reinfectarse más de 90 días después.