En la actualidad, España cuenta con 27 millones de hectáreas de bosques. Es la tercera superficie forestal más grande de Europa tras Suecia y Finlandia, y esos bosques son ricos en lo que llamamos biomasa primaria. "Hojas secas, ramas que se han caído, árboles que han muerto…", ha enumerado Miguel Aguado, divulgador ambiental y director de ‘B Leaf.

Toda esa vegetación inerte se convierte en un potente y peligroso combustible que alimenta los incendios forestales. Por eso es tan importante desbrozar y limpiar los bosque antes del verano. "La diferencia entre tener un bosque bien gestionado con la biomasa extraída es que el incendio va a ocupar muchas menos hectáreas y va a tener menos virulencia", ha explicado Aguado.

Además, esa biomasa es muy útil. Se puede usar en jardinería o en la industria papelera, pero también sirve para producir energía limpia. Así lo ha indicado Eduardo Rojas, decano del Colegio de Ingenieros de Montes: "Cuando tengamos una punta por cualquier situación, porque los embalses estén vacíos... podemos tener esa aportación estratégica de la biomasa para evitar puntas de precio o un gasto de gas desproporcionado".

Ahora, la Unión Europea baraja eliminar las ayudas financieras a esa biomasa primaria empleada como combustible. "A la industria de la madera no le han gustado mucho estas primas por temor a que madera de más valor acabe yendo por comodidad al uso eléctrico", ha señalado Rojas. Una decisión que perjudicaría al sector la silvicultura, dedicado precisamente al cuidado y aprovechamiento de nuestros bosques.

"Si nos condicionan esas ayudas a la utilización de la biomasa están perjudicando una de las pocas herramientas para estimular la gestión", ha expuesto Francisco Garrido, presidente de la Confederación de Asociaciones de Selvicultores de España. Precisamente es zona interior y boscosa de nuestro país la que más apuestapor la biomasa. Si la transportamos demasiado lejos, deja de ser sostenible con el medio ambiente.