Pocos sabrían identificar el animal que aparece en una fotografía que se puede ver en la exposición más grande de fotografía científica que se ha hecho en España. Recoge más de 1.000 fotos capturadas mediante 20 técnicas diferentes.

Una de ellas es la supermacrofotografía, que consiste en desvelar fenómenos que el ojo humano no puede ver. Por ejemplo el ojo de una hormiga, una oruga procesionaria o una foto que sirvió para conocer mejor las ortigas.

"Fotografiando el pelo de la ortiga, el tricoma, que es el pelo con el que inyecta el veneno, al cabo de tres o cuatro meses descubrí el sistema de picado de las ortigas", cuenta un fotógrafo científico.

Para conseguir obtener este ojo no tuvo más remedio que adormecer con éter a la avispa, una práctica habitual en la ciencia. "Un buen fotógrafo trata de compaginar arte y ciencia", cuenta.

Son extrañamente hermosas, intrigantes y para los que aún se preguntan que era la imagen de la que hablábamos al inicio, fíjense bien la próxima vez que vean volar a una mariposa, porque son sus alas.