Extracciones de corteza en pinos y encinas vivos y cortes en árboles muertos han ayudado a Laura y a otros 44 científicos de varios países, a comparar el clima de hace más de 2000 años con el actual.

Laura González, es doctora en Física Universidad Complutense y ha analizado anillos de muchos árboles: "El anillo más gordo significaría que el árbol ha crecido más de lo esperado, mientras que el anillo más estrecho podría significar que ha tenido más estrés". Los datos cruciales los arrojan anchuras anómalas intercaladas entre muchas similares.

Los cortes en estalactitas y estalagmitas también desvelan secretos climatológicos de hace 500.000 años. Concepción Jiménez, Científica del CSIC, ha contado a laSexta qué significan los distintos colores de las estalacticas: "Un color más oscuro refleja unas condiciones más húmedas, a diferencia de que en época de sequías tenemos unos colores más blanquecinos".

Cristina Liñán es geóloga del Instituto de investigación de las Cuevas de Nerja y explica que "En las distinta capas que aparecen en las estalagmitas se relacionan con cambios en la temperatura del aire". Chivatas de un cambio climático real son, además, las extracciones de capas de hielo de la Antártida.

Y no sólo eso, el estudio de los sedimentos de los fondos marinos o la proliferación de las colonias de corales del pacífico ayudan a determinar que episodios estivales de calor extremo, como los de 2013, 2010 y 2015 no se han vivido en Europa desde prácticamente antes del año cero.