Grégoire Courtine, neurocientífico del Instituto de Tecnología Suizo de Lausanne (EPFL), ha llevado a cabo un ensayo con ocho pacientes que tenían inmovilidad total o parcial en las piernas desde hacía más de cuatro años. Para conseguir que volvieran a caminar, instaló en el abdomen de los pacientes un estimulador que conectaba electrodos a las células encargadas del movimiento muscular de las extremidades inferiores, ubicadas en la zona lumbar.

Para conseguir que el ensayo funcionara fue necesario crear un mapa para cada paciente que permitiese conocer los puntos exactos a los que se debía estimular en cada momento. La neurocirujana Jocelyne Bloch, del Centro hospitalario Universitario de Vaud, ha asegurado que la estimulación debe ser muy precisa: "Implantamos una serie de electrodos sobre la médula espinal que nos permiten apuntar a grupos musculares individuales en las piernas. Las configuraciones seleccionadas de los electrodos activan regiones específicas de la médula, imitando las señales que el cerebro emitiría para dar la orden de andar".

A través de un dispositivo inalámbrico, que puede conectarse y desconectarse con la voz del usuario, los científicos han generado una imitación del movimiento de las piernas que permiten producirlo y estimular las neuronas. "Nuestros hallazgos se basan en una profunda comprensión de los mecanismos subyacentes que obtuvimos durante años de investigación en modelos animales. Así pudimos imitar en tiempo real cómo el cerebro activa naturalmente la médula espinal", ha asegurado Courtine.

El neurocientífico ha constatado la importancia de este ensayo a la revista científica 'Nature': "Hemos demostrado que la función neurológica persistía más allá de las sesiones de entrenamiento, incluso cuando se desactivaba la estimulación eléctrica". Bloch introdujo los sistemas en los pacientes y observó su avance en tan solo una semana: fueron capaces de caminar; al comienzo, sobre una cinta y con la ayuda de arneses de estimulación; posteriormente, sin sujetarse con las manos y sobre el suelo.

Para conseguir andar sin estimulación ha sido necesario que el sistema nervioso tenga la capacidad de reorganizar las fibras nerviosas. Hasta el reciente ensayo de Courtine, solo se había conseguido que personas con paraplejia pudieran andar cortos periodos de tiempo y siempre que la estimulación no se desactivara.

Courtine ha asegurado que el sistema nervioso respondió mejor de lo que esperaban y que "los tres participantes pudieron andar con soporte de peso corporal tras una semana, y el control muscular voluntario mejoró enormemente dentro de los cinco meses de entrenamiento"