La empresa espacial SpaceX, propiedad de Elon Musk, tenía previsto este lunes el lanzamiento de su primer vuelo de prueba de Starship, el cohete más grande jamás construido, un aparato que pretende ser utilizado para transportar personas a la Luna y Marte. El esperado lanzamiento iba a tener lugar el lunes 17 de abril a las 15:00 (hora peninsular española, a las 13:00 hora UTC) desde Starbase en Texas. No obstante, el lanzamiento ha tenido que ser retrasado por un problema técnico.

El propio Musk ha confirmado que una "válvula presurizante" parecía haberse congelado, por lo que de no funcionar, habría que retrasar el lanzamiento de Starship. "Nos retiramos del intento de prueba de hoy. El equipo está trabajando de cara a la próxima oportunidad disponible", ha confirmado SpaceX en su perfil de Twitter. Musk, poco después, aseguró que había "aprendido mucho" del día de hoy y ha confirmado que volvería a intentarlo "en unos días".

Hasta la fecha, el equipo del SpaceX ha completado varias pruebas de vuelo controlado, gracias a las cuales se ha podido validar el diseño y estructura del vehículo, "demostrando que Starship puede volar a través de la fase subsónica de entrada antes de volver a encender sus motores y cambiar a una configuración vertical para el aterrizaje". El equipo también se ha encargado de la construcción de la torre lanzamiento y captura de cohetes más alta del mundo (146 metros de altura) para apoyar la integración del vehículo Super Heavy.