Un restaurante de una cadena de comida rápida en la ciudad de Pekín ha instalado una tecnología que escanea la cara de los clientes y, de acuerdo con los datos que obtiene, les sugiere un determinado menú, una tecnología que sus creadores esperan extender a otro tipo de comercios.

El nuevo sistema, establecido a modo experimental en el restaurante que la cadena KFC tiene en el barrio financiero de la capital y que ha comenzado a funcionar, ha sido desarrollado por el gigante tecnológico local Baidu, conocido en el país por sus servicios de búsqueda en internet.

"Cuando un cliente entra en el restaurante, el sistema puede, según su cara, adivinar qué edad tiene, si es hombre o mujer, y analizar su carácter: si es abierto, si es tímido... de esta manera puede recomendar un determinado menú para él", explica el ingeniero de Baidu Qiao Shi.

La cadena se muestra reticente a explicar qué menú se corresponde con cada tipo de persona, señalando que depende de muchos factores: en una de las primeras pruebas, a un hombre de 30 años le sugirió uno económico y más bajo en calorías que los habituales en estos restaurantes de comida rápida, con sopa en lugar de hamburguesas.

Más tarde, una chica de 20 años a la que definió como "apasionada" le ofreció la posibilidad de un menú mucho más potente, con hamburguesa, alas de pollo, refresco y hasta un postre, si bien el cliente tiene la última palabra y puede optar por otras opciones.

No parece que KFC, la primera cadena de comida rápida que llegó a China, y que en 2017 cumple 30 años en este país, se fije en si los clientes tienen sobrepeso o no a la hora de ofrecerles uno y otro menú, ya que la inteligencia artificial por ahora no calcula su masa corporal.

El técnico de Baidu explicó que la compañía lleva varios años desarrollando esta tecnología de inteligencia artificial y que KFC, que desde 2016 es una rama independiente de la firma original estadounidense, es el primer negocio de restauración que ha decidido ponerla al servicio de sus clientes.