La NASA quiere tocar el Sol, y lo hará. Así lo asegura el equipo que ha creado la sonda espacial Parker, la primera que irá al encuentro del astro rey. "Lo hemos visto, lo hemos estudiado, pero tenemos que llegar allí", asegura Nicola Fox, una científica del proyecto de la sonda espacial.

La intención de la agencia espacial es resolver las preguntas que rodean la estrella del Sistema Solar, como "por qué la atmósfera solar se está expandiendo y alejando cada vez más rápidamente de la estrella", declara Fox.

El viaje podría resolver el enigma de los vientos solares, los flujos de partículas con carga eléctrica causantes de las auroras boreales o de los daños a muchos satélites.

Un objetivo ambicioso que la NASA lleva intentando conseguir desde los años 50. Por primera vez, ha logrado construir una sonda con un escudo térmico y un sistema de refrigeración capaz de soportar hasta 1.400 grados centígrados.

La sonda podría situarse a poco más de seis millones de kilómetros del Sol, que aunque parezca una distancia enorme, es lo más cerca que a día de hoy podríamos estar de él.

La NASA entiende la dificultad de estos estudios y, para ello llevarán "una gran cantidad de instrumentos diseñados para hacer esas medidas críticas", afirma Fox. Habrá que esperar ocho años hasta que se puedan empezar a estudiar sus primeros resultados.