El Museo Queen Mary de Patología de Londres alberga la calavera de John Bellingham, se trata de un hombre que asesinó de un disparo al primer ministro británico en 1812. Tras los hechos fue capturado y después ahorcado.
Según se recoge en la web de la Universidad Queen Mary, los estudiantes de medicina examinaron su cuerpo y después el museo adquirió el cráneo. "El castigo por asesinato en ese momento era "colgado y anatomizado", afirma.
A pesar de que las crónicas de la época incluyen dibujos de cómo tuvo lugar el asesinato, hasta ahora no se conocía exactamente cuál era el rostro del criminal. Ahora, gracias a la calavera y la fisonomía que presenta, ha sido posible ver cuál era la auténtica cara de este hombre.
"Una calavera que ha sido despojada de sus rasgos faciales, y por lo tanto de su identidad, tiene menos impacto en el visitante de un museo que poder ver la cara de la persona", explica Carla Valentine, técnica del Museo Queen Mary.
En definitiva, ver la cara de John Bellingham ayuda a acercar la historia un poco más hasta la actualidad.