La Guardia Civil ha logrado recuperar un meteorito que desapareció del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) hace 60 años. Un vecino de la localidad guipuzcoana de Hernani lo había puesto a la venta en un portal web de subastas por valor de 27.500 euros.
La historia de este pedazo de roca arranca el Día de los Santos Inocentes de 1947, cuando los vecinos de Reliegos, en León, amanecieron con un enorme estruendo. Pensaron que había caído un avión pero había sido un meteorito que entregaron al MNCN para ser estudiado y expuesto.
De la vitrina desapareció hace 60 años. Ahora, la intervención policial comenzó a instancias del MNCN, después de que el conservador de la colección de Geología, Aurelio Nieto, descubriera que la roca había sido puesta a la venta en un portal de subastas de internet.
La puja finalizaba el 27 de octubre y su precio de salida era de 27.500 euros. El aviso de Nieto abrió una operación policial que condujo a los investigadores hasta la localidad guipuzcoana de Hernani, donde la Guardia Civil recuperó el fragmento.
Sin embargo, la investigación sigue abierta porque, en el momento de su desaparición hace más de 50 años, el meteorito estaba custodiado por el investigador del MNCN Laborde Welinde, quien falleció en 1993.
Lo que sucedió con el bólido desde 1993 hasta hoy, "sigue siendo investigado", ha avanzado el responsable del Seprona, capitán Marcos Santos. En rueda de prensa, el General José Antonio Berrocal Anaya de la Guardia Civil, quien ha entregado el meteorito al museo, ha destacado que proteger y conservar el patrimonio de España es "una de las labores más gratificantes" del cuerpo, mientras que Zardoya ha agradecido "este buen regalo de cumpleaños" en el 250 aniversario del Museo que se celebra este año.
Detalles del meteorito
El bólido, catalogado como un condrito L (no metálico), está formado por condritos o esferas de materiales y su estudio "aporta claves importantes para comprender el origen del sistema solar y de los planetas, la composición del núcleo terrestre y el origen de la vida", ha destacado Nieto.
Cuando cayó el meteorito se cortó en varios trozos para su estudio: unos se enviaron al MNCN y otros a los museos de historia natural de Washington y Nueva York.