Ante la decisión de países como Israel o Indonesia de inyectar una tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus como refuerzo para garantizar la respuesta inmune de nuestro cuerpo, el debate ha llegado hasta la OMS.

El director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, lo ha calificado como "decepcionante". "Ni siquiera tiene sentido", añadía. Los países que han tomado este camino alegan que aumentaría en por cinco o por diez los niveles de anticuerpos, según su propios propios estudios.

Varias instituciones alertan: no hay pruebas científicas de que sean necesarios esos pinchazos de refuerzo. Al menos, por ahora. Primero habría que valorar la longevidad de la respuesta inmune generada por las vacunas de pauta completa o las infecciones naturales.

Los expertos insisten: hay que poner el foco más allá. Antes que pensar en dosis de refuerzo, es mucho más urgente inmunizar al resto de grupos de riesgo en todo el mundo. Aunque tampoco se descarta poner esta tercera dosis en algunos grupos de población.