Es más rápido volar de América a Europa que al revés. La respuesta a este hecho tan curioso la encontramos en las corrientes de chorro, llamadas en inglés 'Jet Streams'. La experta en Aeronavegación Carola Moltó explica a la Sexta que dichas corrientes de aire se producen a diez mil metros de altura. "Tienen un papel importante en el sector de la aviación ya que, si las aerolíneas las aprovechan, en vuelos de larga duración pueden tener mejoras significativas tanto en la duración del trayecto como en el consumo de combustible", añade.
¿Qué es una corriente de chorro?
La experta explica que un 'Jet stream' es una corriente de aire que fluye muy rápido y se mueve de manera ondulada en la dirección de Oeste a Este. "Existen dos tipos de corrientes en chorro. Por un lado, la corriente polar donde se pueden alcanzar velocidades de hasta 300 kilómetros por hora, se crea por fuertes cambios de temperatura entre el frío polar y el aire caliente subtropical. Por otro lado, la corriente subtropical se genera a causa de corrientes de aire ecuatorial. Ambas corrientes, al dirigirse hacia los polos, se ven afectada por una fuerza llamada fuerza de Coriolis que se produce por las rotación de la tierra y que es la responsable de que las corrientes de chorro fluyan de Oeste a Este".
Moltó señala que meterse en estas corrientes implica que se puedan producir turbulencias, pero no son peligrosas. Se trata de un tipo de turbulencia que no está asociada a nubes, por eso se la conoce como turbulencia en aire claro o Clear Air Turbulence (CAT). "Por lo general, esta turbulencia se reduce a simples baches. Con sacudidas breves y repetitivas, puede ser incómoda para los pasajeros, más que peligrosa para la seguridad del vuelo".
Por todo ello, el trayecto de Madrid-Nueva York, al tratarse de un vuelo de Este a Oeste, tarda aproximadamente once horas. Sin embargo, de Nueva York a Madrid se reduce a nueves horas y media.
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