Los test de antígenos han supuesto una auténtica revolución para diagnosticar el coronavirus y es que permite disponer de resultados en 15 minutos, lo que abre la posibilidad de tener más celeridad a la hora de cortar la cadena de transmisión.

Este test diagnóstico detecta los llamados antígenos, unas proteínas específicas presentes en el virus. Se realiza introduciendo los escobillones vía nasofaríngea, igual que las PCR, para extraer las muestras.

A pesar de que se trata de una prueba rápida, su fiabilidad es muy alta -entre el 87% y el 97% de efectividad-, algo similar al de las PCR. Además permite un fácil transpote y no se necesita acudir a un laboratorio para recoger los resultados. Otra de las ventajas que ofrece este tipo de test es que es asequible y es que su precio rondaría los 4,5 euros.

Mientras que la PCR y el test rápido de antígenos detectan la carga viral, las serologías detectan la presencia de anticuerpos; es decir, la reacción defensiva del organismo ante la infección. Estos últimos son los más indicados a la hora de detectar si un paciente ha pasado la enfermedad.

Muchas comunidades autónomas ya han comenzado a utilizar los test de antígenos para realizar cribados masivos a determinados grupos de población y este mismo martes, el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, ha propuesto que todos los madrileños puedan realizarse esta prueba antes de Navidad en las farmacias.

La misma propuesta hizo la consellera de Salut de Cataluña, Alba Vergés, que anunció que la Generalitat trabaja con las farmacias catalanas para que puedan realizar pruebas de antígenos en sus establecimientos.

Sanidad ve problemas en la implantación en las farmacias. Fernando Simón aseguró que se podrían vulnerar cuestiones competenciales a la hora de la toma de muestras y de lectura del resultado. Además, rechazó la idea de que personas con síntomas acudieran a las farmacias, lo que implicaría implantar un circuito COVID en ellas.