Los test serológicos para comprobar si una persona se ha contagiado de COVID-19 buscan detectar si presenta anticuerpos, es decir, saber si en algún momento ha pasado por la enfermedad.

Existen dos tipos de test serológicos dependiendo de la extracción de sangre. Uno de ellos se realiza con un simple pinchazo en el dedo para los test rápidos, mientras que el otro tipo de pruebas son de laboratorio y requieren una extracción intravenosa.

Este tipo de pruebas nos dice si hemos generado o no anticuerpos del coronavirus, es decir, si en algún momento hemos estado infectados. Pero además, también permiten identificar a las personas asintomáticas.

¿Cómo leer los resultados?

Las inmunoglobulinas M y G determinan el resultado. Si una o las dos salen positivas, quiere decir que hemos generado anticuerpos y si ninguna reacciona es que no hemos generado inmunidad.

El haber generado anticuerpos pone de manifiesto que el paciente ha estado en contacto con el patógeno y ha sido capaz de desarrollar una respuesta inmune.

En cualquier caso, siempre se recomienda una PCR, que nos dirá si la infección todavía está activa.

¿Cuál es su fiabilidad?

Su fiabilidad dependerá del fabricante de la prueba, aunque algunos pueden llegar hasta el 98%.

Eso sí, tienen que estar validados por los centros de referencia. Y esto es un dato a tener en cuenta puesto que muchos test se han comercializado sin esa validación, por eso no todos son fiables.

¿Cuánto tardan los resultados

Tras el pinchazo, el paciente sólo tendrá que esperar unos 10 minutos para conocer los resultados.

Sin embargo, si la prueba requiere una extracción intravenosa y pasa por el laboratorio podría tardar hasta 24 horas.