Colocar boca abajo a los pacientes COVID con pronóstico grave y necesidad de oxígeno facilita la respiración pulmonar y rebaja la lesión provocada por la infección, según un estudio.

Así lo cuenta Oriol Roca, coordinador médico de la UCI del Vall d'Hebron, a laSexta. "Aquellos pacientes que pusimos boca abajo tenían menos probabilidad de evolucionar favorablemente, entendiendo como tal una mayor necesidad de requerir intubación y conexión al respirador", explica.

Ya se conocía la efectividad de esta maniobra en pacientes intubados con insuficiencia respiratoria aguda grave. El estudio revela que el 46% de los pacientes a los que no se les puso boca abajo acabaron siendo intubados o falleciendo.

Sin embargo, entre los que sí fueron puestos boca abajo, la tasa de empeoramiento del pronóstico se rebajó hasta el 40%. De entre los que pasaron más de ocho horas al día boca abajo, solo el 17% tuvo un mal desenlace.

El ensayo también sugiere que cuanto mayor es el tiempo que el paciente se mantiene en esta posición, más aumenta el beneficio y más probabilidades tiene de ganar la partida al virus.