Un estudio publicado en la revista PNAS demuestra que los perros cantores, una especie que no había sido vista en su hábitat natural desde los años 70, continúa vagando y cantando por las tierras altas de Nueva Guinea.

Esta criatura, conocida por emitir un sonido armónico similar al de "un aullido de lobo con matices de canto de ballena", según matiza la publicación, fue observada por primera vez en 1897, en el monte Scratchley. Sin embargo, en los últimos 50 años no se había vuelto a ver en la naturaleza lo que hacía pensar a los biólogos de los centros de conservación que el animal podría estar extinto o al borde de la extinción "debido a la pérdida de hábitat y la invasión de perros de caza continental".

La única constancia que se tenía de esta especie hasta ahora eran los 200 perros cantores cautivos en zoológicos y centros de conservación. Sin embargo, la endogamia existente en estos centros producía una pérdida de su diversidad genética que amenaza a la especie y dificultaba su estudio. Pero gracias al hallazgo de nuevas criaturas, el futuro de esta especie podría ser mucho más esperanzador de lo que pronosticaban los biólogos.

Todo comenzó en una expedición dirigida por la New Guine Highland Wild Dog Foundation (NGHWDF) en 2016 en la que se localizaron 15 perros salvajes. A pesar de recolectar fotografías y muestras fecales de los animales, no se pudo llevar a cabo el análisis del genoma para determinar el origen de estos perros. Por este motivo, tres años más tarde, otro grupo de investigadores volvió para recoger muestras de sangre de las criaturas así como datos demográficos, morfológicos y de comportamiento.

Tras el análisis de todas estas variables, Heidi Parker, investigador del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano (NHGRI) y autor de la publicación, concluyó que los perros cautivos y los perros salvajes de las tierras altas son la misma raza: "tienen secuencias genómicas muy similares, mucho más similares entre sí a cualquier otro cándido conocido".

De esta forma, ha quedado demostrado que la población original de los perros cantores de Nueva Guinea no se ha extinguido y que por tanto, todavía se puede generar una verdadera población de perros cantores de Nueva Guinea si se les junta con los de los centros de conservación.

El canto de los perros, útil para la investigación de la voz humana

Los investigadores involucrados en esta investigación analizarán con detalle a los perros cantores "para aprender más sobre la genómica subyacente a la vocalización", según han confesado ellos mismos.

Dada la cercanía biológica de estas criaturas con los seres humanos, el estudio de los perros de Nueva Guinea podría aportar datos interesantes sobre la vocalización y sus déficits. Unos hallazgos que podrían colaborar en la producción de futuros tratamientos para humanos.

Elaine Ostrander, investigadora del NIH y autora principal del artículo, asegura que el descubrimiento de estas criaturas también podría despejar incógnitas sobre las razas de perros modernos y la historia de su domesticación.

A pesar de todos estos posibles hallazgos, la importancia de este estudio reside en su conclusión: cabe la posibilidad de aumentar el número de perros cantores y crear una población.